Los Jóvenes Transgénero y el Comportamiento Suicida: ¿Cómo Podemos Mitigar el Riesgo?

Ana Rabasco, B.A., y Peggy Andover, Ph.D., Fordham University

(publicado por primera vez el 23 julio de 2019)

En 2015, los principales medios de comunicación fueron inundados con la historia de Leelah Alcorn, una adolescente transgénero que murió por suicidio a los 17 años. Antes de suicidarse, Leelah escribió una nota pública, destacando el dolor causado por el rechazo de sus padres y la sociedad, y provocando una discusión nacional sobre los factores de riesgo específicos de las conductas suicidas entre las personas transgénero.

La historia de Leelah no es única. Los adolescentes transgéneros tienen un riesgo muy alto de desarrollar ideas y comportamientos suicidas. Aproximadamente el 65-75% de los adolescentes transgénero piensan en suicidarse y el 15-30% intenta suicidarse. Una encuesta de adultos transgénero de los Estados Unidos encontró que, entre los que habían intentado suicidarse, el 34% ya lo había hecho al llegar a los 13 años. Sin embargo, la tasa de ideación y comportamiento suicida en la población general es mucho más baja: el 17.2% de los adolescentes reportó haber pensado en suicidarse y el 7.4% reportó un intento de suicidio en el último año.

Los jóvenes transgénero experimentan altos índices de victimización, acoso verbal y por Internet. Un estudio encontró que el 58% de una muestra de adolescentes transgénero informó haber experimentado victimización en la escuela. Sabemos que la victimización y la falta de aceptación están asociadas con el comportamiento suicida entre los adolescentes y adultos transgénero, y con la ideación suicida y los intentos de suicidio entre los jóvenes transgénero. Sin embargo, los estudios han demostrado que incluso la mínima muestra de aceptación, como el uso del nombre y los pronombres de un adolescente transgénero, está vinculada a resultados positivos, como la reducción de los síntomas depresivos y de los pensamientos y comportamiento suicida.

Otros aspectos importantes de la salud mental de las personas transgénero, como los síntomas de depresión, pueden mejorarse mediante el acceso a psicoterapia afirmativa de género o intervenciones médicas, aunque la investigación en esta área es limitada. Un estudio encontró que cuando a los adolescentes transgénero se les administran medicamentos bloqueadores de hormonas para suprimir la pubertad y luego se les proporcionan intervenciones médicas que confirman el género en la adolescencia tardía, la satisfacción con su cuerpo aumenta y sus tasas de depresión disminuyen. Futuros estudios deberían explorar si los medicamentos bloqueadores de hormonas que suprimen la pubertad reducen específicamente el riesgo de ideación y comportamiento suicida entre los jóvenes transgénero, incluidos los efectos de la intervención sobre la identidad de género y el desarrollo de los adolescentes. Al mismo tiempo, es importante tener en cuenta las consideraciones éticas inherentes a la prestación de estos tratamientos. La Sociedad de Endocrinología y la Asociación Mundial de Profesionales para la Salud de Personas Transgénero apoyan la supresión de la pubertad, junto con la atención integral de salud mental, como un tratamiento seguro y eficaz para los adolescentes transgénero.

Se ha llegado a un consenso entre organizaciones profesionales, como la Asociación Americana de Psicología (APA), la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud Mental (SAMHSA), y la Asociación Nacional de Trabajadores Sociales (NASW, por sus siglas en inglés) que las terapias dirigidas a cambiar la identidad de género o la orientación sexual son inapropiadas y, dado el riesgo de daño, no deben utilizarse. De hecho, la terapia de conversión ha sido prohibida en 18 estados de EE. UU. Aunque no hay estudios sobre la relación entre la terapia de conversión y el suicidio en los jóvenes, la terapia de conversión de identidad de género se ha asociado con un mayor riesgo de ideación y comportamientos suicida entre los adultos transgénero

La salud mental de los adolescentes transgénero se ve afectada por la victimización y la falta de aceptación. Por el contrario, cuando los adolescentes transgénero son tratados con respeto y reciben intervenciones de afirmación de género, su salud mental mejora. Aunque el vínculo entre ciertas intervenciones médicas requiere más investigación, la victimización se ha identificado claramente como un factor de riesgo para los pensamientos y conductas suicidas entre los jóvenes transgénero. Los adolescentes transgénero y cisgénero comparten algunos de los mismos factores de riesgo para los pensamientos y conductas suicidas, incluida la depresión y la desesperanza. Sin embargo, la discriminación y la victimización basadas en el género y la disforia de género aumentan aún más el riesgo de los adolescentes transgéneros de tener pensamientos y comportamientos suicidas.

Reducir el riesgo de suicidio entre los jóvenes transgénero debe ser una prioridad. Esto puede hacerse apoyando el tratamiento basado en la evidencia para adolescentes transgénero, respaldando las políticas que protegen a las personas transgénero, y proveyendo terapias de afirmación de genero. A medida que la investigación en esta área crece, estos podrían ser los primeros pasos para ayudar a reducir la alta tasa de pensamientos y conductas suicidas entre los adolescentes transgénero.

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